Toda novia quiere estar perfecta en su boda y para ello hay que cuidar al milímetro todos los detalles. Ella es, indudablemente, el centro de todas las miradas. Tiene que sentirse cómoda, tranquila y ser ella misma para poder disfrutar al máximo de su gran día. Dentro de todos los preparativos que necesita la protagonista tenemos que destacar uno de los más importantes: el maquillaje de la novia.
Hay infinidad de estilos de novia y por tanto infinidad de tipos de maquillaje. Normalmente las novias suelen elegir un maquillaje suave, poco recargado y natural, pero hay algunas que prefieren algo más atrevido, con más color y que destaque a simple vista. Para elegir correctamente el maquillaje de la novia en primer lugar hay que conocerla, saber cómo son sus gustos, cómo suele maquillarse en el día a día, qué tipo de vestido va a llevar, tipo de peinado, tipo de velo, lugar y fecha del enlace, decoraciones adicionales y estudiar la gama cromática que más le puede favorecer en función a sus rasgos faciales, tono de piel y cabello.
Una vez tenemos toda la información necesaria antes mencionada, procedemos a fijar día y hora para realizar la primera prueba de maquillaje. Normalmente las novias suelen tener una idea bastante clara de lo que quieren, pero a veces pasa que la idea inicial no es la que finalmente termina de gustar por lo que podemos seguir probando con otros estilos hasta encontrar el adecuado.
Las pruebas son necesarias precisamente para ver cuál es tipo de maquillaje que mejor le queda a la futura novia; tiene que ser impecable, perfecto y lo más importante: que sea el que a la novia le haga sentir guapa para así estar relajada y cómoda durante todo el día.
Para conseguir que el maquillaje de la novia sea sublime también tenemos que tener en cuenta que necesitamos una serie de preparaciones previas de la piel. Es muy importante tener en cuenta los tiempos, hay novias que se hacen limpiezas de cutis y tratamientos faciales para lucir una piel limpia y suave. En este caso hay que tener cuidado, personalmente recomiendo en primer lugar que cualquier tipo de tratamiento se haga en un centro homologado con profesionales altamente cualificados y como mínimo unos 15 días antes de la boda, tiempo más que suficiente para que la piel se pueda regenerar en el caso de haber quedado algún tipo de imperfección en la misma. El rostro siempre tiene que estar limpio, cuidado y sobre todo hidratado para que a la hora de maquillar no se nos quede el maquillaje cuarteado, a pegotes o fosco.
Otro de los aspectos a destacar sobre los tiempos es la época del año en la que tendrá lugar la ceremonia. Si la boda es en verano hay que hacer la prueba un mes antes de la boda como muy pronto, puesto que en esta época del año la piel siempre luce bronceada y tendremos que subir algún tono la base de maquillaje. En el caso de ser en invierno, se puede hacer la prueba de maquillaje unos dos o tres de meses antes aproximadamente ya que el tono de piel no suele variar mucho.
Normalmente, las pruebas de maquillaje se realizan a domicilio o en el propio estudio de maquillaje de la profesional. Por norma general con un par de pruebas o tres suele ser suficiente para que la novia decida cuál es su maquillaje ideal. Cada maquilladora tiene sus tarifas y algunas prestan servicios adicionales en el día de la boda, por ejemplo, no solo maquillar a la novia en su día sino también hacer el servicio durante toda la boda para retocar el maquillaje en cualquier momento y así lucir siempre perfecta.
Finalmente, destacar que el maquillaje de la novia es único y personal y para acertar hay que adaptarse al estilo de la novia, por tanto, tener un buen profesional del maquillaje para el día de tu boda es un punto clave y muy importante para que la novia este espectacular.
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