El protocolo es el conjunto de reglas de cortesía que rigen las relaciones sociales además de la forma de organizar y dirigir un acto social, diplomático u oficial. Las bodas tienen su protocolo, claro, diferente en una boda tradicional católica o una boda de otro país. Hoy os vamos a explicar un poco más sobre el protocolo porque sabemos es una de las cosas que más miedo os pueden dar.
Cuando se trata de una boda por la Iglesia lo normal es que sea el propio cura el que os diga dónde debéis sentaros, dónde irán el padrino y la madrina, qué tipo de música se puede poner y en qué momento de la ceremonia, pero cuando se trata de una boda civil has de saber que no existen las reglas fijas.
Origen de ciertas reglas
La mantilla y el velo pueden parecer que están pasadas de moda pero si la boda es en una iglesia hay que respetar ciertas reglas de vestimenta como por ejemplo no llevar los hombros al aire, escotes pronunciados ni minifaldas. Debemos recordar que estamos en un espacio consagrado a la vida religiosa.
La distribución de los novios y los padrinos tiene su por qué. Lo normal es que la novia entre del lado izquierdo del padrino para que éste pueda defenderla en caso de que algún enemigo de la familia intentara estropear el momento. El padrino debía llevar la mano derecha libre porque era el lado con el que tradicionalmente se manejaba la espada y así se garantizaba la seguridad de la novia. Al llegar se sentará al lado del novio porque de esa manera, al mirar hacia la derecha la novia verá a los dos hombres más importantes de su vida, su marido y su padre. Lo mismo le pasará al novio que al mirar al lado izquierdo verá a las dos mujeres más importantes de su vida, su esposa y su madre.
Rompiendo el protocolo
Es lo bueno que tienen las bodas civiles, que puedes hacer un poco lo que te da la gana. Y de hecho, yo personalmente, recomiendo a los novios que se sienten de cara a los invitados y no de espaldas a estos. En la Iglesia tiene su por qué, está el altar, pero en la boda civil no hay ninguna figura religiosa a la que adorar y si se puede lo ideal es que el oficiante quede a un lado de los novios, ni detrás ni delante de ellos.
A la hora de entrar en el espacio reservado para la ceremonia lo pueden hacer en el orden que quieran, el novio primero con su madre o, lo que cada vez es más habitual, la pareja junta y al mismo tiempo.
En el coche, lo habitual es que la novia vaya sentada en el lado derecho de la parte de atrás pero hoy en día prima por encima de todo la facilidad a la hora de aparcar. Ya sea en una boda civil o religiosa, lo ideal es que la novia se siente en el lado que quede en la acera y ya está.
Ritos y tradiciones
Hay una serie de ritos en las bodas civiles que hemos copiado en las bodas civiles. El hecho de compartir las arras viene a simbolizar que el matrimonio compartirá la riqueza a partir de ese momento. Y eso lo hemos copiado en las bodas civiles con el rito de la arena que va más allá y simboliza no sólo la riqueza sino también los recuerdos, las emociones… Pero lo cierto es que el rito de la arena tan de moda en las ceremonias civiles tiene su origen en ciertas ceremonias polinesias.
Al final de la boda tiramos arroz para desearle a los novios, básicamente, fertilidad. Cambiamos el arroz por pétalos, confeti o incluso pompas de jabón. Leemos en la iglesia y damos discursos en las ceremonias civiles. Escuchamos la Marcha Nupcial de Mendelssohn en la Iglesia y la Marcha Imperial de Star Wars en las bodas civiles (que sí, que lo he presenciado, en serio). Como vemos el protocolo va cambiando, es moldeable, flexible, pero sigue siendo necesario en nuestras vidas.
Todas las fotos de este post pertenecen a Rocío Vega, segunda mejor fotógrafa del mundo por la revista Fearless en 2017. ¡Muchas gracias y enhorabuena!
Por cierto, te dejamos con el siguiente vídeo en el que podrás informarte un poco más del protocolo en la entrada a la ceremonia: